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Cultivando sonrisas con el Comercio Justo

Productos de calidad para todos y todas desde República Dominicana

Cuando se viajaba por el mundo solo tomando un avión y armando maletas, Punta Cana, en República Dominicana era un paquete turístico que con sus aguas turquesas y arenas blancas tenía la facilidad de dibujarnos las más grandes sonrisas.

Pero cada tanto esas aguas turquezas se ponían bravas inundando todo a su paso. Por su ubicación, este país caribeño está expuesto a graves peligros de eventos climatológicos extremos, recibiendo cada año tormentas tropicales de las más peligrosas.

Y la palabra extrema nunca es buena.

Este país caribeño se encuentra en el triste puesto número 11 de los países más afectados por riesgos climáticos a nivel mundial. Sumando a esto el saldo del 2020: la pandemia y la pérdidas de empleo, ¿cómo empieza a armarse un país azotado por huracanes y números en rojo? ¿cómo entra el Comercio Justo en este escenario sin tantas arenas blancas? ¿Cómo participa la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños(as) Productores(as) y Trabajadores(as) de Comercio Justo (CLAC)?

De a poco, sabiendo lo que sabe hacer, generando oportunidades, pensando a futuro, en sostenibilidad y sabiendo que detrás de cada producto hay una persona.

Y en este caso, más que nunca, cumpliendo uno de sus principales principios: respetando el medioambiente para obtener alimentos sanos. Y no cualquier alimento. Cacao, de los primeros frutos que vieron los colonizadores. El del sabor amargo, las propiedades infinitas y su transformación en chocolate, el salvador de la depresión. Y banano, el dueño de potasio, magnesio, hierro, selenio, zinc y calcio, solo para empezar a hablar de sus propiedades.

El primer programa que lleva a cabo CLAC se llama “Produciendo cacao de comercio justo con un enfoque orgánico y resiliente al cambio climático en República Dominicana y Haití”

Y la palabra resiliente siempre es buena.

Bajo ese nombre técnico, por más de dos años, esta iniciativa ha beneficiado a 227 productores y productoras, técnicos y técnicas y jóvenes de distintas organizaciones. Y, por supuesto, a los consumidores.

Por una producción más limpia

En otra parte del país, con apoyo y asesoría de CLAC, la Asociación Agrícola Noroeste (ASOANOR), productora de banano certificado Fairtrade, inauguró en diciembre del año pasado, del año duro, una biofábrica.

Esta biofábrica crea una producción más limpia, ya que para fabricar sus fertilizantes utiliza materia prima natural que proviene de desechos de la naturaleza. No hay ninguna transformación química.

Un proyecto que proponen mejorar la producción de Banano y los invitamos a conocer en el siguiente enlace. 

http://clac-comerciojusto.org/2020/01/construyen-biofabrica-para-mejorar-produccion-del-banano-fairtrade-en-republica-dominicana/

Así como ASOANOR, otras organizaciones también cuentan con biofábricas que se han construido como parte del Programa de Incremento a la Productividad (PIP), que busca difundir y transferir tecnología en la optimización del manejo agronómico de los sistemas de producción de banano.

http://clac-comerciojusto.org/2015/08/programa-de-incremento-a-la-productividad-pip/

Además, muchas organizaciones también están impulsando la diversificación productiva para contribuir a la soberanía alimentaria a través de la producción de otros productos como coco, miel, yuca, yautía, crianza de aves, y cultivo de otros víveres que son la base de la comida típica nacional.

Así, de a poco, se va desarrollando el Comercio Justo, en el que todos y todas ganan y se van dibujando nuevas sonrisas.


¿Deseas conocer más sobre la tarea y valores que promueve CLAC con su trabajo?
Visita su página web en el siguiente enlace.

CLAC – COMERCIO JUSTO >>

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